Passatemps

etiquetas: | 2 comentarios»

La semana pasada Carlos Fabra, presidente de la Diputació de Castelló, editó un libro en el que se hacía apología al franquismo, negando el Golpe Militar y definiendo la Dictadura como "una etapa de bienestar y paz social".

Hoy Rita Barberà, alcaldesa de Valencia, ha impedido que se quite el título de Alcalde Honorario a Francisco Franco, y ha afirmado que se siente legitimada para mantenerlo tras 18 años como alcaldesa.

Bien... minipunto al que encuentre la incongruencia más grande en esta web de la última campaña de autobombo de la Generalitat:


Gocho

La Iglesia Contraataca

etiquetas: | 1 comentarios»

Iglesia S.L. está que se sale y, como es habitual, no por buenas noticias.


Los telediarios y periódicos llevan 1 semana que no paran: primero fue por la campaña contra el aborto y ahora por su peculiar visión sobre el SIDA y los condones. Y digo yo, ¿se han percatado, por casualidad, de que estamos en el Siglo XXI?

Todo comenzó cuando se anunció la reforma de la ley del aborto, situando en unos 3 meses y medio el límite para abortar sin justificación alguna y permitiendo a las jóvenes de 16 años que también puedan hacerlo sin consentimiento paterno.

¿Cómo reaccionó la Iglesia? Pues con una campaña de carteles bizarros en los que se compara a un niño de unos 2 años (no deben saber cuánto dura la gestación) con un lince (que, por cierto, no es Ibérico, sino Asiático). Y lo más triste de todo es que tantas y tantas cadenas manipulen con un tema tan serio como este, sin parar de poner imágenes de fetos de 8 meses congelados y pasados por la trituradora o poniendo “collages” tipo presentación-de-powerpoint-de-correo-cadena con imágenes de bebés pidiéndote que les salves la vida (verídico). Igual no se han dado cuenta de que en realidad, lo que se aborta es algo tal que así:




Y bueno, el éxtasis eclesiástico llega con una de las frases que pasarán a la posteridad: “El uso del condón aumenta el SIDA”. BRAVO. Creo que en muchos años no he escuchado una frase tan sublime a la vez que acogedora. Y sí, mucha gente pensará que este hombre está mal de la cabeza y le ignorará, pero no debemos ignorar que lo que habla el Papa, resuena por todo el mundo, y más en un continente como África: perdido, falto de líderes y donde la muerte, por triste que sea, campa a sus anchas.

Y aquí llega la gran hipocresía de la Iglesia.

La Iglesia, esa gran defensora de la vida humana, contraria al aborto porque se matan células, pero a favor de que no se use el preservativo para parar el SIDA.

La Iglesia, esa gran defensora de la vida humana, todavía sin condenar la pena de muerte, pero condenando que nazca un niño que obviamente, además de vivir, salvará la vida de su hermano.

Y mientras tanto, el Estado financiando. Hay que joderse.

Gocho

No pintan nada

etiquetas: | 0 comentarios»

Marta observa atenta la televisión, están hablando del aborto. Es un especial en el que debaten sobre si es necesaria la autorización paterna para llevarlo a cabo. Se acerca más a la televisión, no quiere subir el volumen, porque no quiere que nadie más se de cuenta de lo que está viendo.

Y es que Marta está embarazada. Lo supo hace dos días, aunque llevaba sospechándolo hacía ya tres semanas, desde el día en que su menstruación, siempre puntual, le había faltado.

No tiene novio. Con lo que no cuenta con ese “apoyo”. Y tampoco se lo ha dicho a sus padres, no tanto por miedo como por orgullo. Se suponía que era una persona inteligente y responsable, tiene 17 años, camino de los 18 y se ha quedado preñada justo a unas semanas de comenzar la universidad. Quería estudiar medicina. Quiere hacerlo. No quiere cambiar ninguno de sus planes, no puede. Por eso tiene claro que va a abortar.

Sin embargo, en su cabeza no para de contar los meses, calculando cuando nacería el bebé, si es que se decidiera a tenerlo, si le influiría en algo en la facultad, si podría ocultarlo hasta al menos el octavo mes, cuando llegaran las vacaciones. Pero no hace falta, porque no va tenerlo. No puede hacerlo. Tanto por cómo lo viviría durante el embarazo como por cómo lo mantendría. Ni siquiera sabe si podrá vivir ella sola en el piso de alquiler, ¿cómo iba mantenerlo?. No, no está preparada.

-“Las Las cofradías se unen a la campaña de la Iglesia contra el aborto”-
escupe en un volumen más alto el televisor. ¿Las cofradías?, piensa Marta mientras se apresura a bajar el volumen, ¿es que acaso ellos están embarazados con 17 años? ¿Qué cojones pintan ellos en esto?

Marta se muerde las uñas mientras escucha las opiniones de unos y otros sobre el aborto, aparecen políticos, gente de la calle, curas y supuestos expertos comentando el tema. Unos dicen que es su derecho, el suyo, el de decidir si tenerlo o no. Además aún está a tiempo, solo está de 3 semanas y ni siquiera se puede considerar vivo a lo que tiene dentro. Sí, es mi derecho, sólo mío piensa Marta mientras mordisquea las últimas uñas que le quedan en la mano izquierda, nerviosa.

Ahora opina otro político, está diciendo algo del derecho a la vida. Ahora otro, dice algo de la responsabilidad. Marta fue responsable, recuerda perfectamente el preservativo y cómo lo colocaron. ¿Entonces qué? ¿Tiene más derecho por haberlo usado? Y si no lo hubiera hecho, como le pasó a su amiga Cris el año pasado, ¿su amiga tenía entonces menos derecho que ella a decidir?
Marta sacude la cabeza y su precioso cabello cae desordenado por su espalda. Con el ceño fruncido decide apagar la televisión nadie tiene ni idea, nadie sabe como me siento, no dicen más que palabras vacías.

Decide conectarse a Internet, y mirar un poco de todo. Se toca la tripa, está plana, no hay nada, no seas estúpida, ¿Cómo va a haber algo? Es mi maldito derecho. Pero aún así decide conectarse para informarse mejor sobre el aborto.

Un clic del ratón, otro. Más de lo mismo. Páginas que defienden su derecho a decidir, páginas que le animan a que siga adelante y decida libremente. Pero también hay otras en la que la acusan de asesina. De matar a un bebé.

Marta siempre había pensado que lo tenía claro, que una célula es una célula, y que un bebé es un bebé. Siempre había defendido el derecho a abortar, a elegir. ¿Por qué ahora estaba buscando tanta información sobre ello? ¿Por qué necesitaba asegurarse de que realmente no había nada vivo dentro de ella?

De repente, suelta el ratón. Abre aún más los ojos, no puede dejar de mirar, se ha topado con una imagen impactante. Es la imagen de un feto de 21 semanas, y de él asoma una mano. Madre mia, eso seguro que no es una célula piensa. ¿Por qué está esa imagen? ¿lo han hecho a propósito para torturarla? Con lágrimas en los ojos Marta decide investigar sobre ella. Resulta que es de una operación, no de un aborto. Además no es lo mismo 3 semanas que 21. ¿Son demasiadas 21?, ¿Donde empieza a considerarse que es un bebé,? ¿Cuándo empieza la vida?

Marta vuelve al salón. Sus padres están viendo las noticias, vuelven a comentar lo de la cofradía, salen imágenes de curas opinando, repiten de nuevo cosas sobre el derecho a al vida. Aprieta son fuerza los puños, tal vez tenga dudas, pero si hay algo que tengo claro es que esta es mi decisión, y ellos, vuelve a mirar a las caras que aparecen en televisión, ellos no pintan nada en esto.

Len0re

El periódico y el café

etiquetas: | 2 comentarios»

Crisis. Crisis, crisis. Esa palabra está por todas partes. Y ahora hasta la tengo que ver en clase. Y no, no estudio economía. Pero más nos valdría hacerlo, porque estudio periodismo, y lo que más adoro son los periódicos, los de papel, y ahora hasta en clase nos avisan de que están mal, muy mal. Están ahora más que nunca en crisis.

El periódico es casi una realidad histórica, fue el primer medio de comunicación que llegaba a todo el mundo. El primer medio que permitía que todos supieran lo que pasaba, vale, quizás no todo, pero sí bastante. Y bueno, vale, solo a los alfabetizados. Pero fue el primer medio que difundía información para todos, y eso es algo innegable.

Pero ahora los periódicos están en crisis. Y la culpa es un poco de todos. De la crisis económica, de Internet, de la gente que ya no consume prensa impresa…

Y eso que el periódico es un superviviente. Sobrevivió a la radio cuando esta surgió como posible medio de comunicación sustituto. Sobrevivió a la televisión cuando todos decían que ya nadie querría leer pudiendo escuchar y mirar sin hacer ningún otro esfuerzo. Incluso sobrevivió a Internet, al menos hasta ahora.

Pero además, en sus inicios -y en sus no tan comienzos- sobrevivió a muchas más cosas. Sobrevivió a la censura de los poderosos, de los reyes a los que no les interesaban las ideas liberales, de los dictadores y represores. A la censura total cuando cerraban las imprentas o exigían autorización previa para poder controlar su contenido. A la censura económica disfrazada de precios y de tarifas que algunos –muchos- no podían pagar.

Consiguió separarse del mero adoctrinamiento político y propaganda electora que fue en sus inicios gracias a la financiación independiente con la publicidad. Consiguió sobrevivir también al sensacionalismo barato que surgió en masa cuando los periodistas (empresarios más bien) querían ganar dinero y enriquecerse.

Ha sobrevivido a todo, gracias a grandes personajes, conocidos y desconocidos, y también gracias a toda esa gente ávida de información que los leía cada día, aunque fuera a escondidas llegando a jugarse incluso la vida. Pero ahora, en tiempos de (supuesta) libertad, en un momento en el que la información (en teoría) fluye como nunca, su supervivencia corre peligro.

Su gran fuente de financiación, la que le permite ser independiente está fallando. La publicidad también está cayendo. Con lo irritante que puede llegar a ser, ahora empiezo a temer por ella y me preocupo cada vez que leo una nueva noticia sobre el tema.

Caen las ventas, por ese enemigo poderoso que es Internet. Jamás había pensado en verlo como enemigo de mi querido periódico, pero ahora todos los dedos le señalan acusándolo de su caída. Pero, son todas esa profecías que dicen que Internet acabará con la prensa escrita impresa ciertas? ¿Sustituirán los diarios digitales y los blogs (algunos) a los periódicos?, ¿No pueden convivir como han venido haciendo hasta ahora?, ¿Es que nadie acaso valora, aunque sea un poco, el tacto de los periódicos de papel?, ¿La comodidad de leerlos sentada en la cafetería de la facultad o de donde sea con el café de la mañana?, ¿Nadie echará de menos su olor, olor a prensa, olor a información fresca? Y esas páginas tan grandes que se hacen molestas cuando intentas leerlo en el autobús, pero que son perfectas para taparte cuando ves a un conocido al que no quieres saludar, ¿nadie las echaría de menos?

Yo sí, aunque sea una fiel defensora de Internet y de todas las posibilidades que abre, lloraría lágrimas de tinta y de papel si despareciese el periódico. Entre otras cosas porque fue el primer medio en ofrecer información, esa información que es de todos, esa información que nos permite saber, que nos asegura la libertad.

Espero que esta no sea una despedida y que sobrevivas, querido periódico, como siempre has hecho, con tu suave tacto de saber, con tu olor a actualidad y con tu sabor a café.


Len0re