No pintan nada

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Marta observa atenta la televisión, están hablando del aborto. Es un especial en el que debaten sobre si es necesaria la autorización paterna para llevarlo a cabo. Se acerca más a la televisión, no quiere subir el volumen, porque no quiere que nadie más se de cuenta de lo que está viendo.

Y es que Marta está embarazada. Lo supo hace dos días, aunque llevaba sospechándolo hacía ya tres semanas, desde el día en que su menstruación, siempre puntual, le había faltado.

No tiene novio. Con lo que no cuenta con ese “apoyo”. Y tampoco se lo ha dicho a sus padres, no tanto por miedo como por orgullo. Se suponía que era una persona inteligente y responsable, tiene 17 años, camino de los 18 y se ha quedado preñada justo a unas semanas de comenzar la universidad. Quería estudiar medicina. Quiere hacerlo. No quiere cambiar ninguno de sus planes, no puede. Por eso tiene claro que va a abortar.

Sin embargo, en su cabeza no para de contar los meses, calculando cuando nacería el bebé, si es que se decidiera a tenerlo, si le influiría en algo en la facultad, si podría ocultarlo hasta al menos el octavo mes, cuando llegaran las vacaciones. Pero no hace falta, porque no va tenerlo. No puede hacerlo. Tanto por cómo lo viviría durante el embarazo como por cómo lo mantendría. Ni siquiera sabe si podrá vivir ella sola en el piso de alquiler, ¿cómo iba mantenerlo?. No, no está preparada.

-“Las Las cofradías se unen a la campaña de la Iglesia contra el aborto”-
escupe en un volumen más alto el televisor. ¿Las cofradías?, piensa Marta mientras se apresura a bajar el volumen, ¿es que acaso ellos están embarazados con 17 años? ¿Qué cojones pintan ellos en esto?

Marta se muerde las uñas mientras escucha las opiniones de unos y otros sobre el aborto, aparecen políticos, gente de la calle, curas y supuestos expertos comentando el tema. Unos dicen que es su derecho, el suyo, el de decidir si tenerlo o no. Además aún está a tiempo, solo está de 3 semanas y ni siquiera se puede considerar vivo a lo que tiene dentro. Sí, es mi derecho, sólo mío piensa Marta mientras mordisquea las últimas uñas que le quedan en la mano izquierda, nerviosa.

Ahora opina otro político, está diciendo algo del derecho a la vida. Ahora otro, dice algo de la responsabilidad. Marta fue responsable, recuerda perfectamente el preservativo y cómo lo colocaron. ¿Entonces qué? ¿Tiene más derecho por haberlo usado? Y si no lo hubiera hecho, como le pasó a su amiga Cris el año pasado, ¿su amiga tenía entonces menos derecho que ella a decidir?
Marta sacude la cabeza y su precioso cabello cae desordenado por su espalda. Con el ceño fruncido decide apagar la televisión nadie tiene ni idea, nadie sabe como me siento, no dicen más que palabras vacías.

Decide conectarse a Internet, y mirar un poco de todo. Se toca la tripa, está plana, no hay nada, no seas estúpida, ¿Cómo va a haber algo? Es mi maldito derecho. Pero aún así decide conectarse para informarse mejor sobre el aborto.

Un clic del ratón, otro. Más de lo mismo. Páginas que defienden su derecho a decidir, páginas que le animan a que siga adelante y decida libremente. Pero también hay otras en la que la acusan de asesina. De matar a un bebé.

Marta siempre había pensado que lo tenía claro, que una célula es una célula, y que un bebé es un bebé. Siempre había defendido el derecho a abortar, a elegir. ¿Por qué ahora estaba buscando tanta información sobre ello? ¿Por qué necesitaba asegurarse de que realmente no había nada vivo dentro de ella?

De repente, suelta el ratón. Abre aún más los ojos, no puede dejar de mirar, se ha topado con una imagen impactante. Es la imagen de un feto de 21 semanas, y de él asoma una mano. Madre mia, eso seguro que no es una célula piensa. ¿Por qué está esa imagen? ¿lo han hecho a propósito para torturarla? Con lágrimas en los ojos Marta decide investigar sobre ella. Resulta que es de una operación, no de un aborto. Además no es lo mismo 3 semanas que 21. ¿Son demasiadas 21?, ¿Donde empieza a considerarse que es un bebé,? ¿Cuándo empieza la vida?

Marta vuelve al salón. Sus padres están viendo las noticias, vuelven a comentar lo de la cofradía, salen imágenes de curas opinando, repiten de nuevo cosas sobre el derecho a al vida. Aprieta son fuerza los puños, tal vez tenga dudas, pero si hay algo que tengo claro es que esta es mi decisión, y ellos, vuelve a mirar a las caras que aparecen en televisión, ellos no pintan nada en esto.

Len0re

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