El periódico y el café

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Crisis. Crisis, crisis. Esa palabra está por todas partes. Y ahora hasta la tengo que ver en clase. Y no, no estudio economía. Pero más nos valdría hacerlo, porque estudio periodismo, y lo que más adoro son los periódicos, los de papel, y ahora hasta en clase nos avisan de que están mal, muy mal. Están ahora más que nunca en crisis.

El periódico es casi una realidad histórica, fue el primer medio de comunicación que llegaba a todo el mundo. El primer medio que permitía que todos supieran lo que pasaba, vale, quizás no todo, pero sí bastante. Y bueno, vale, solo a los alfabetizados. Pero fue el primer medio que difundía información para todos, y eso es algo innegable.

Pero ahora los periódicos están en crisis. Y la culpa es un poco de todos. De la crisis económica, de Internet, de la gente que ya no consume prensa impresa…

Y eso que el periódico es un superviviente. Sobrevivió a la radio cuando esta surgió como posible medio de comunicación sustituto. Sobrevivió a la televisión cuando todos decían que ya nadie querría leer pudiendo escuchar y mirar sin hacer ningún otro esfuerzo. Incluso sobrevivió a Internet, al menos hasta ahora.

Pero además, en sus inicios -y en sus no tan comienzos- sobrevivió a muchas más cosas. Sobrevivió a la censura de los poderosos, de los reyes a los que no les interesaban las ideas liberales, de los dictadores y represores. A la censura total cuando cerraban las imprentas o exigían autorización previa para poder controlar su contenido. A la censura económica disfrazada de precios y de tarifas que algunos –muchos- no podían pagar.

Consiguió separarse del mero adoctrinamiento político y propaganda electora que fue en sus inicios gracias a la financiación independiente con la publicidad. Consiguió sobrevivir también al sensacionalismo barato que surgió en masa cuando los periodistas (empresarios más bien) querían ganar dinero y enriquecerse.

Ha sobrevivido a todo, gracias a grandes personajes, conocidos y desconocidos, y también gracias a toda esa gente ávida de información que los leía cada día, aunque fuera a escondidas llegando a jugarse incluso la vida. Pero ahora, en tiempos de (supuesta) libertad, en un momento en el que la información (en teoría) fluye como nunca, su supervivencia corre peligro.

Su gran fuente de financiación, la que le permite ser independiente está fallando. La publicidad también está cayendo. Con lo irritante que puede llegar a ser, ahora empiezo a temer por ella y me preocupo cada vez que leo una nueva noticia sobre el tema.

Caen las ventas, por ese enemigo poderoso que es Internet. Jamás había pensado en verlo como enemigo de mi querido periódico, pero ahora todos los dedos le señalan acusándolo de su caída. Pero, son todas esa profecías que dicen que Internet acabará con la prensa escrita impresa ciertas? ¿Sustituirán los diarios digitales y los blogs (algunos) a los periódicos?, ¿No pueden convivir como han venido haciendo hasta ahora?, ¿Es que nadie acaso valora, aunque sea un poco, el tacto de los periódicos de papel?, ¿La comodidad de leerlos sentada en la cafetería de la facultad o de donde sea con el café de la mañana?, ¿Nadie echará de menos su olor, olor a prensa, olor a información fresca? Y esas páginas tan grandes que se hacen molestas cuando intentas leerlo en el autobús, pero que son perfectas para taparte cuando ves a un conocido al que no quieres saludar, ¿nadie las echaría de menos?

Yo sí, aunque sea una fiel defensora de Internet y de todas las posibilidades que abre, lloraría lágrimas de tinta y de papel si despareciese el periódico. Entre otras cosas porque fue el primer medio en ofrecer información, esa información que es de todos, esa información que nos permite saber, que nos asegura la libertad.

Espero que esta no sea una despedida y que sobrevivas, querido periódico, como siempre has hecho, con tu suave tacto de saber, con tu olor a actualidad y con tu sabor a café.


Len0re

2 Responses to "El periódico y el café" (Leave A Comment)

Tercera Opinión says
19 de marzo de 2009, 10:45

Hola Lenore, enhorabuena por el post. Yo también soy de los que prefiere tomarse un café con un periódico, por eso creo que el papel nunca llegará a desaparecer, al menos en un plazo corto.

En lo que no coincido contigo es cuando comentas que la gran fuente de financiación de los periodicos (la publicidad) es lo que les permite ser independientes. Creo que es justamente al contrario, las marcas son las que deciden al final la ideología de un periódico.

Un saludo.

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http://www.terceraopinion.net

Len0re says
28 de marzo de 2009, 0:07

Hola, gracias ^^

Lo de que con la publicidad consiguen la indepencia lo digo porque históricamente fue así como consiguieron los primeros periódicos desvincularse de los partidos políticos y asegurar su autonomía ideológica, financiandose con la publicidad. Porque antes se financiaban con dinero de los partidos. Pero claro, hablo de hace mucho tiempo.
En la actualidad no creo que la publicidad tenga tanta fuerza, podría ser, la verdad no es algo en lo que me había parado a pensar...